Mi relación de pareja es tóxica

¿MI RELACIÓN DE PAREJA ES TÓXICA?

 

Si has llegado hasta aquí es probable que estés experimentando algún tipo de malestar emocional vinculado con la dinámica de tu relación de pareja y te preguntes si tu relación es tóxica.

 

En otros blogs encontrarás listados completos sobre las señales que indican que una relación está marcada por la violencia emocional. En esta entrada te hablaré de aquellas situaciones más sutiles de maltrato psicológico, pero no por ello menos dañinas y peligrosas.

 

El término “relación tóxica” se usa mucho últimamente. Lo primero que me gustaría decirte es que, al igual que Pamela Palenciano (autora del libro “No solo los golpes duelen”), no estoy de acuerdo en usar eufemismos como este para quitarle peso a la realidad. Cuando alguien se beneficia de forma unilateral en una relación, a costa del sufrimiento del otro, es una relación violenta. Llamemos a las cosas por su nombre.

 

¿CÓMO SE DESARROLLAN LAS RELACIONES DE MALTRATO PSICOLÓGICO?

 

Las relaciones marcadas por el abuso emocional no nacen de un día para otro. El vínculo traumático se establece de forma gradual. Muchas víctimas no entienden cómo han llegado a esa dinámica de maltrato, así que si tu también te lo estás preguntando, a continuación te explicaré cómo es el mecanismo que lleva a muchas personas a llegar a una situación así.

 

EL EXPERIMENTO DE LA RANA HERVIDA.

 

 

Si metes a una rana dentro de una olla de agua hirviendo el animalito saltará fuera del recipiente de inmediato. En cambio, si metes a la ranita en un recipiente con agua fría, que vas calentando poco a poco, se irá acostumbrando al cambio de temperatura de forma gradual. Cuando el agua queme ya será demasiado tarde: la rana se habrá quemado.

 

¿Por qué te cuento esto de la rana hervida? Por que esta es la manera en la que la violencia más sutil e invisible va tejiendo su red. Y no te das cuenta hasta que ya estás atrapada en la telaraña del maltrato.

 

La violencia psíquica puede ser esa lluvia fina que no moja pero empapa. Unas veces recibes buen trato y otras maltrato. Esa es la manera en la que el vínculo traumático se forma. ¿Por qué? Por que siempre esperas ese trato agradable y positivo. Esto explica por qué es tan complicado salir de este tipo de relaciones.

 

Hay un momento en el que llegas a tu límite y te das cuenta porque este  tipo de violencia pasa por el cuerpo. Empiezas a sentir ansiedad, tristeza, confusión y mucho malestar. No sabes por qué te sientes mal. Y es porque toda esa dinámica ha hecho mella en ti. Las víctimas de abuso psicológico, la mayoría de las veces, no saben que lo son hasta que no racionalizan y hacen consciente todo lo que les está pasando.

 

A continuación te explicaré las situaciones de maltrato psicológico y emocional más habituales. Si te ves reflejada en algunas de ellas considéralo una bandera roja. Busca ayuda y protégete.

 

ESTOY SIEMPRE CONFUNDIDA SOBRE LAS COSAS QUE HAN PASADO: EL GASLIGHT O LUZ DE GAS.

 

¿Has escuchado alguna vez hablar sobre el gaslighting o luz de gas?

 

El gaslight es violencia psicológica. Básicamente consiste en presentar información falsa a la víctima, para hacerla dudar de su percepción sobre la realidad. Pueden ser negaciones simples de cosas que han sucedido. Pero el abusador puede ir más allá y llegar a crear situaciones que hagan a la víctima dudar de su cordura. El único objetivo de esta estrategia es controlar a la víctima haciéndole sentir que no es capaz de percibir bien la realidad por sí misma.

 

Este término tiene su origen en la obra británica “Luz de Gas” de 1938. También hubo adaptaciones cinematográficas en 1940 y 1944. La obra trata de un hombre que intenta convencer a su mujer de que se ha vuelto loca o de que tiene problemas de memoria, para lo cual usa unas lámparas de gas en el ático de la casa. La mujer ve esas luces pero él le insiste en que son delirios.

 

La luz de gas es una forma de control normalizada e institucionalizada a nivel social. Puede ser algo tan sutil que ni te des cuenta. Las víctimas suelen tener sentimientos de confusión y de irrealidad. Inclusive, puedes pensar que te has vuelto loca.

 

Aquí te doy algunos ejemplos:

  • Cuando te comportas de una forma espontánea y abierta, casi siempre hay alguna queja en la que tu pareja pone en cuestión tu comportamiento o tu lógica. “Te has puesto en evidencia con ese comentario delante de fulanito”. “Has levantado mucho la voz y has quedado como una maleducada”.
  • Se ponen en tela de juicio tus percepciones y sentimientos. “No tienes que sentirte así”. “Eres exagerada”. “No ha sido eso lo que ha pasado”. “Tendrías que haber reaccionado de forma diferente”.
  • Eres tu quien invierte más tiempo y energía en la relación. Por ejemplo, puedes ser tu quien gasta dinero desplazándose a la ciudad donde él vive. Pero tu pareja llega a convencerte de que es justo al contrario.
  • Pasas mucho tiempo discutiendo sobre cosas que no son relevantes, donde tu pareja continuamente te exige que hables “de hechos” y “des argumentos” que sabe que no puedes dar o que no tiene intención de escuchar.

 

Cuando no eres capaz de recordar todo al nivel de detalle que te exige te dice que mientes, que no recuerdas, que te inventas las cosas. “Eso no fue así”. “Yo no te he dicho eso”. “Has malinterpretado”. O “era una broma”.

 

Al final estás tan agotada y confundida que acabas siendo tu quien pide perdón y asume todas las culpas.

 

EL GOTA A GOTA DE LA VIOLENCIA INVISIBLE.

 

La violencia en la pareja es a veces tan sutil que no la vemos. Puede estar formada por comentarios en apariencia inocentes, en gestos, en formas sutiles de control, en sugerencias.

 

Este gota a gota socava tu autoestima y confianza sin que te des cuenta.

 

Toda esta dinámica suele estar rodeada de un halo de “buena intención”. Lo que hace que la situación sea más confusa y difícil de identificar.  

Aquí, otros ejemplos:

  • Estás hablando de un nuevo proyecto que te apasiona y sin venir a cuento cambia el tema de conversación para hablar de sus cosas y poner el centro de la conversación en él.
  • Tienes un problema y buscas su apoyo emocional. Te encuentras con una persona incapaz de escucharte y darte su apoyo. Encima, puede que critique tu falta de seguridad o fortaleza emocional, o que te diga que eres muy sensible y exagerada.
  • Has pintado un cuadro, escrito un cuento o acabado un trabajo del que te sientes orgullosa y te dice que está muy bien, pero podrías mejorarlo mucho. Que, a fin de cuentas, es una actividad más en la vida como su visionado de series o sus partidas de videojuegos. Siempre minimiza tus logros.
  • La música que escuchas es mala. Lo bueno es lo que escucha él.  Las películas que te gustan son aburridas o las series que ves demasiado triviales. Descalifica, como quien no quiere la cosa, tus gustos y preferencias. Y lo hace de forma habitual.
  • Te hace sugerencias sobre cómo vestirte; te pregunta si has considerado la posibilidad de operarte los pechos (dada tu edad), que te hagas otro corte de pelo o que “adelgaces esa barriguita”. Pueden soltar perlas estupendas como “todo el deporte que haces no te luce”.
  • Hace comentarios desagradables sobre tu entorno y amistades. “Tu amiga María es tonta”. “Fulanito te está utilizando”.
  • No sabes cómo ni por qué, pero siempre acaba posicionándose en tu contra cuando le cuentas alguna dificultad o problema que has tenido con otra persona. Da igual si esa persona es tu madre o un funcionario que te ha atendido en el ayuntamiento. Tu lo has hecho mal casi siempre.

 

Como te decía al principio, todas estas críticas suelen llevar su coletilla y su dosis considerable de “buena intención”. El corte de pelo sugerido y la operación estética de pechos es para que te veas mejor. Lo de que seas hipersensible es un defecto como otro cualquiera: nadie es perfecto. Las críticas a tu espontaneidad y comportamiento es para que seas mejor persona y modules tu comportamiento social, etc.

 

Ves cuestionadas continuamente tus opiniones, percepciones y sentimientos, siempre “por tu bien”.

 

Esta es una dualidad que aniquila, porque estas agresiones sutiles suelen ir seguidas de elogios. “Eres la persona más especial de mi vida”. “Nunca he estado tan a gusto con nadie”. “Jamás he querido a alguien como te quiero a ti”. Pero resulta que todas esas afirmaciones no están alienadas con lo que esa persona hace por ti o por la relación. Como te comentaba más arriba, así se crea el vínculo traumático: por cada desplante y maltrato recibes un trato cariñoso y amable.

 

La violencia invisible te va a atrapando poco a poco. Desmorona tu voz interior. Te anula sin que te des cuenta.

 

Existe otra técnica de violencia pasiva muy usada: el distanciamiento o silencio. 

 

EL SILENCIO CRIMINAL.

 

El silencio “no pactado” o “ley de hielo” es otra táctica de abuso emocional muy usada, a veces de forma inconsciente (lo cual no exime de responsabilidad a quien la practica de manera habitual).

 

También se le llama “ley del hielo” y consiste en distanciarse física y emocionalmente de la pareja, sin que la otra parte sea consciente o haya sido informada de qué ha pasado. ¿Por qué es tan dañino?: porque conecta con un temor muy íntimo de cualquier ser humano: el de ser abandonado.

 

Esta es la técnica favorita de las personas narcisistas (dedicaré una entrada para hablar de este trastorno de personalidad), pero también de cualquier abusador. La ley del silencio suele ocasionar una enorme devastación emocional y mucha confusión e inseguridad en quien la padece. Como el gasligth, su objetivo es controlar emocionalmente a la pareja, dejarla indefensa a nivel psíquico.

 

Esta táctica perversa toma diferentes formas. A continuación te presento algunos ejemplos:

 

  • No responden tus wassps ni llamadas de teléfono. Sabes que tu pareja contesta casi siempre a tus mensajes, pero de repente deja de hacerlo, por horas, días, o a veces, semanas. Para justificar su falta de respuesta te dan excusas absurdas, como que estaban ocupados o no vieron tu llamada o se les pasó responder el mensaje.
  • No te habla. Cuando preguntas puede que te responda con un “no me pasa nada”, o peor, “tu sabrás si has hecho algo”.
  • Responden a tus llamadas pero te dan un trato frío y distante.

 

Recuerda siempre que el amor supone buen trato, respeto, disfrute y apoyo.

 

Si tu relación te genera frustración, ansiedad o dolor, tienes que saber que eso NO es amor. Cuando ves cuestionados tu sentir y tus emociones o te ves sobrecargada de responsabilidades quizá es el momento de que hagas un alto y busques ayuda. Si piensas que puedo ayudarte contacta conmigo.

 

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